¡Hola, familias! Ayer fue el último día de Casal, así que fue un día de muchos sentimientos. Nos divertimos y disfrutamos mucho… pero también nos pusimos muy tristes al despedirnos.
Antes de eso, por la mañana, tuvimos la última hora de deberes antes del desayuno. ¡Que aunque fuese el último día no significa que no tengamos que aprovechar! Una vez acabamos la hora y desayunamos nos preparamos para ir a la piscina. Como siempre, primero bajaron estels y crancs y luego lo hicimos dofins y taurons.
Al llegar allí entramos y… ¡al agua! Estuvimos un buen rato nadando, jugando, intentando hundir a l@s monis… nos lo pasamos súper bien. Y como todo lo bueno, se nos hizo corto el rato. A las 13.30h, más o menos, empezamos a salir del agua para secarnos y cambiarnos y ya irnos de nuevo para el Casal.
Una vez allí aún tuvimos que esperar un poquito a que llegara la comida, que tocaba… ¡¡pizza!! Por parejas escogimos qué tipo de pizza queríamos y nos comimos media familiar (o mediana para los peques) del sabor que quisimos. ¡Qué ricas estaban!
Después de comer, además, celebramos un cumpleaños. Pero un cumpleaños especial, porque era el cumple del Casal, que este año hace 10 años que se creó. Así que Rosa dijo unas palabras y cantamos el cumpleaños feliz para que Andrés, Rosa, Yara y Ainhoa (los cuatro que han estado los 10 años en el Casal) soplaran las velas.
¡Y ya no nos dio tiempo a mucho más! Cogimos rotuladores, nos firmamos las camisetas l@s un@s a l@s otr@s, nos hicimos unas cuantas fotos… ¡y se acabó!
El momento de la despedida fue el más triste, ya que hay gente con la que no nos volveremos a ver hasta el año que viene, pero no pasa nada, ¡porque ya contamos los días para que vuelva de nuevo el Casal!
¡¡Feliz verano!!